A veces tendemos a ser muy duros con nosotros mismos.
Empezamos este camino con motivación, creyendo que a la primera todo nos saldría a pedir de boca. Luego la realidad te saluda burlona. No maja (o majo), la regla general no es a la primera, y puede que a la segunda tampoco...
Y tras dos fracasos consecutivos te preguntas si tus anhelos no están por encima de tus capacidades. Te agobia el paso del tiempo, el cumplir años y no poder empezar a construir ese futuro que siempre habías soñado porque no tienes lo principal.
Y ya no sólo sientes que te defraudas a ti mismo, sino a todos los que desde el principio estuvieron contigo, los que te facilitaron este camino. Los padres que estuvieron de acuerdo en mantenerte, y no sólo eso, sino en invertir en tu preparación. Los libros que cuestan un ojo de la cara, los preparadores que cuestan un riñón... Y tú te esfuerzas por recompensar ese sacrificio, sacrificándote a su vez con aquello que está en tu mano: el esfuerzo y el tiempo.
Las relaciones personales se deterioran, pierdes amigos y puede que también a tu pareja, porque no todo el mundo es capaz de comprender que puedas dejarles de lado. Y están en su derecho. No tienen por qué aguantar que les proporciones las migajas de tu tiempo... tú has hecho tu elección, ellos que hagan la suya.
A menudo piensas: "¿quién me mandaría a mí?" "¿por qué me he metido en esto?". No te imaginabas ni por asomo la competencia que tendrías, que podrías perder, que tropezarías y te costaría tanto levantarte... pero te levantarías.
Porque esto es así. Si fuera fácil todo el mundo lo haría. Por favor te lo pido, no te dejes engañar. Porque muchos "no opositores" lo intentarán, a veces de buena fe y sin darse cuenta, otras veces con toda la mala leche del mundo. Te harán dudar de ti mismo con su frases: "mi primo de Cuenca aprobó Jueces en un año", "el vecino de mi tía Paca a la primera y estudiando sólo por las noches, por el día trabajando de sol a sol", "¿pero cómo has podido suspender con todo lo que has estudiado?"... Te recuerdo que la ignorancia es atrevida, y mucho. Tú sabes lo que es esto, yo lo sé... pero ni tú ni yo lo sabíamos antes de meternos en esta locura, así que castiga la ignorancia con la tuya propia. Ni caso, aunque resulte difícil.
Tengo que confesar que estoy soltando pensamientos sin ningún tipo de orden. Me desahogo, que lo necesito. Pero pese a lo mal que puedo estar ahora por un suspenso que apunto fue de ser un aprobado (quizás eso es lo que más rabia me dé), he tomado la decisión de no rendirme. Aunque ahora mismo pueda dudar de mis capacidades, mi autoestima haya restado puntos o de lo que menos ganas tenga en el mundo sea de ponerme otra vez a estudiar... Sé que eso cambiará. Que no me sentiré siempre así. Hay que sufrir las cosas... hay que llorarlas, gritarlas... sofocarlas como humanamente te nazca. No las tapes, no las encubras. La fortaleza no va de eso. No va de aparentar que no te pasa nada, te pasa y se te pasará.
Nada de lo que has hecho es en vano, y tendemos a creer que eso es así cuando lo que hacemos no nos trae un beneficio material. Cuando no nos trae un reconocimiento en forma de aprobado en el acta, un nombramiento en el BOE, un trabajo de 2000 euros mensuales... Pero, ¿y en lo personal? Dirás que de eso no se vive... pero siendo un materialista de mierda tampoco vivirás muy bien porque nunca tendrás suficiente. Llevas entrenando tu mente día tras día, aumentando tu capacidad de memorización, de rendimiento intelectual, abarcas una gran cantidad de conocimientos que muchos que trabajan en los Juzgados ya habrán olvidado... Estás en el camino, estás cada vez más preparado, y si miras al horizonte se te ofrecen muchas posibilidades.
Quería acabar este post con un mensaje positivo y de ánimo. Somos muchos los que estamos en el camino, los que hemos recibido más de un "no". Es una carrera de fondo... pierde quien se rinde.